¿Los quieren de
huaraches?
Periódico 4º. Poder
José Luis Alomía Zegarra,director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud y uno de los médicos que acompañan al Subsecretario Hugo López-Gatell, va a las conferencias verspertinas sobre el covid-19 con pantalones de mezclilla.
En la televisión acusan a una alcaldesa de la zona
metropolitcana de la Ciudad de México porque anda en un automóvil "de
lujo" de 2017.
Al parecer, la política implantada por el
presidente Andrés Manuel López Obrador de austeridad, no deja satisfechos a muchos
que ahora exigen que los alcaldes y servidores públicos se vistan y mantengan
una "austeridad franciscana" y, creo, que ante esto hay que ver las
cosas en su justa dimensión y aplicar lo del dicho aquél de: "ni tanto que
queme al santo ni tanto que no lo alumbre".
Es justo y bueno que se terminen los gastos
superfluos; se acabe con las trácalas y movidas que algunos se inventan para
sacar provecho económico y el dispendio a que muchos gobernadores, legisladores
y alcaldes están acostumbrados pero, no se les puede exigir ahorros hasta
entorpecer sus actividades.
López Obrador recomienda a los ejecutivos estatales
a que vendan sus aviones o helicópteros pero, no todos los Estados son
Tlaxcala; hay muchos otros extensos y con lugares de difícil acceso y por ello
se requiere de este tipo de aparatos.
El presidente es austero, se sabe. El presidente
prefiere viajar en avión comercial y por tierra, también se sabe, pero no todos
tienen ni la misma disponibilidad ni la misma oportunidad porque, ni modo que a
cualquier evento que vaya no lo esperen si no llega a tiempo por cualquier
eventualidad como un bloqueo de mujeres, un río crecido, un alud de tierra en
cualquier carretera.
Es bueno que haya sobriedad en el desempeño
público, que se eviten los gastos innecesarios pero que los ahorros se hagan
con justa medida porque si no, al rato van a querer que los representantes de
la autoridades anden todos en bicicleta