Ejemplo a seguir
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
Gustavo Zambrano, mexicano él y su esposa Jessica
(nacida en Hawai, igual que Barack Obama) viven en New Hanover, Carolina del
Norte, Estados Unidos y ambos sufrieron, hace unos días, una agresión racista
al ser amenazados anónimamente por haber puesto una bandera mexicana afuera de
su casa.
La idea fue -¡cómo no!- de Jessica quien dijo que
lo hizo como un reconocimiento al país de su marido y para inculcar el amor a
nuestra nación a sus pequeños hijos.
“Soy estadounidense, nací en Hawái, crecí en Carolina del Norte y mi esposo es de México”, dijo Jessica a una estación local de radio. Estamos orgullosos de ambas partes y es sólo una representación de quién es nuestra familia”, dijo.
“Soy estadounidense, nací en Hawái, crecí en Carolina del Norte y mi esposo es de México”, dijo Jessica a una estación local de radio. Estamos orgullosos de ambas partes y es sólo una representación de quién es nuestra familia”, dijo.
Ello bastó para encontrarse en el buzón una amenaza
exigiéndole que la quitara porque si no “iban a conocer la ira” del cobarde
remitente.
Sabemos que algunos ignorantes estadounidenses ven
a los extranjeros como enemigos pero, por buena suerte son los menos.
La mayoría de norteamericanos -gringos deveras- que
vemos en la Plaza Garibaldi (en la capital del país), en las playas de
Acapulco, Mazatlán, Cancún y muchas otras vienen a convivir con nuestra raza;
no son nada discriminantes y menos, mucho menos los que viven permanentemente
en San Miguel de Allende, Guanajuato, en las Californias, tanto estadounidense
como mexicanas donde se amalgaman las dos razas y muchos otros lugares.
Jessica dijo que sintió miedo y que pensó en quitar
la bandera pero luego de reflexionar decidió dejarla expuesta, ondeante y
orgullosa pero que además, expuso lo que le había sucedido en las redes y que
grata fue su sorpresa cuando sus vecinos -la mayoría norteamericanos de
nacimiento- comenzaron a poner afuera de sus casas... banderas mexicanas.
Esa sí es una prueba contra el odio, contra el
racismo y contra los supremacistas como Donald Trump