¡Tenga su muro¡
Miguel
Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
Empezó aislando a su país con la pretensión de
hacerlo más fuerte, “America first” fue su lema; denigró a otras naciones
acusándolas de tener convenios ventajosos en perjuicio de sus gobernados; habló
duro y fuerte contra México su país vecino, socio y aliado diciendo que mandaba
a su territorio “bad men” (hombres malos), delincuentes y violadores; canceló
convenios con organizaciones internacionales como con la Organización Mundial
de la Salud (OMS) dependiente de la ONU;
puso todos sus empeños y recursos económicos para levantar un muro entre
su país y el nuestro que además de costoso resultará inútil; inició una guerra
comercial con China el primer país productor de insumos prácticos y tecnológicos.
Ahora Donald Trump el racista, el radical, el
millonario neófito en cuestiones diplomáticas confronta varias crisis que no
sabe cómo resolver.
La pandemia que ha causado más víctimas mortales en
Estados Unidos que en cualquier otra parte del mundo; la economía que cayó con
la suspensión de actividades productivas en el país más consumista del orbe.
La crisis del desempleo porque alrededor de
cuarenta millones de ciudadanos están sin trabajo y exigiendo el seguro de
desempleo que no habrá modo de pagar.
Los abusos policiacos, gota que derramó el vaso en
la paciencia de una sociedad cansada de la desigualdad, el racismo y la muerte
de George Floyd, afroamericano a manos de un desalmado policía que lo asfixió
presionándole el cuello con su rodilla por casi nueve minutos.
La indignación, la ira y el coraje de millones de
personas que protestan en las calles, parques y jardines, frente a la Casa
Blanca y que han trascendido las fronteras como Europa y lugares tan lejanos
como África del Sur, soliviantan su violencia y exige mano dura contra sus
conciudadanos.
Quiso usar la fuerza militar para limpiar las
calles invocando una “Ley de Insurrección” de hace doscientos años y al no
conseguirlo y ser criticado por adversarios y colaboradores, manda hacer su muro.
No el que construye entre Estados Unidos y México,
sino alrededor de la casa donde vive, la Casa Blanca blindada contra ataques y
sobresaltos provocados por inconformes con su gobierno.
El muro de miles de kilómetros deseado es hoy un
murillo alrededor de su casa, donde, para vergüenza de su soberbia y altanería,
tiene que apagar las luces para no exasperar a los que fueron adversarios y
ahora son enemigos irreconciliables.
Eso le sucede a quien se mete en lo que no sabe.