¿Nuevos ricos?
Periódico
4º. Poder
La información dada a conocer de que en Gómez
Palacio las autoridades municipales aumentaron en casi quince millones de pesos
la nómina municipal el pasado mes de abril, principalmente para “servicios
personales”, habla, el hecho, de muchas cosas.
El gasto excesivo en la mayoría de los
departamentos, los llamados gastos personales, pueden ser indicativos de
desorden administrativo.
También de que en esta administración que llegó
bajo la bandera morenista, la austeridad proclamada por el presidente de la
república es cosa muerta, más cuando se gasta por arriba de lo normal en una
temporada en que en la presidencia municipal prácticamente no hay actividades
por la pandemia que obliga a la inactividad; inactividad que se vive en las
oficinas públicas cerradas, restringidas y operando con personal reducido.
Las únicas actividades de las que se informa son
las de la alcaldesa y el DIF que, por la contingencia sanitaria, han redoblado
actividades supuestamente para llevar apoyos a quienes los necesitan.
Faltan policías (hay un déficit importante para la
vigilancia y seguridad de la ciudadanía) pero en cambio, los agentes de
tránsito están más que activos deteniendo e infraccionando ebrios y metiendo
dinero al erario; no hay obra pública pero se gasta más.
¿Entonces, qué sucede?