Los ANTIAMLO no son nuevos
Fernando Rangel de León
Desde que ganó con
el voto mayoritario del pueblo la Presidencia de la República, Francisco I.
Madero,y asumió el cargo en noviembre de 1911, hasta que el chacal Victoriano
Huerta, lo hizo preso y le sacó la renuncia el 19 de febrero de 1913 (con lo
que terminó la Decena Trágica), para asesinarlo al tercer día; los porfiristas
(algunos priistas, panistas, empresarios, periodistas, etcétera,de hoy),
ayudados por el embajador de Estados
Unidos, que vieron amenazados sus injustos privilegios por el nuevo régimen
democrático, no lo dejaron gobernar y administrar como él quería,y en lugar de
trabajar con él para bien de todos los mexicanos, se dedicaron a desestabilizar
al país, promoviendocon muchísimo dinero marchas y actos de vandalismo que
afectaron mucho al comercio y que provocó que el Mártir de la Democracia, perdiera
popularidad en la ciudad de México.
La vuelta sangrienta del porfirismo
a la Presidencia de la República, personificado en Huerta, produjo la
Revolución Constitucionalista, encabezada por Venustiano Carranza, que como
Gobernador de Coahuila, con el Plan de Guadalupe (26 de marzo de 1913),
desconoció al usurpador y convocó al pueblo a levantarse en armas, enarbolando
la bandera de la Constitución de 1857, violada por el chacal; y quien con la
ayuda de Francisco Villa, Emiliano Zapata, Álvaro Obregón y Plutarco Elías
Calles, y otros, derrocó a Huerta, en 1914; para que en 1917 Carranza, asumiera
la Presidencia, después de promulgar la Constitución de ese mismo año.
Pero como si la historia no
sirviera para enseñar, lo anterior se repitió en parte, con sus propias
características, en Chile, en donde por primera vez en toda la historia
universal, el socialista Salvador Allende, apoyado por la Unidad Popular
(partidos progresistas), llegó por el voto mayoritario del pueblo a la
Presidencia de esa hermana República, en 1970, quien estando transformando al
país para bien de las grandes mayorías; los conservadores (algunos priistas y
panistas de allá), desestabilizaron al país con marchas, protestas, paros; y
con la ayuda del Gobierno Norteamericano, su Comandante en Jefe del Ejército (a
quien Allende lo había nombrado apenas 18 días antes), Augusto Pinochet (el
Victoriano Huerta de allá),lo derrocó y provocó su muerte el 11 de septiembre
de 1973; habiéndolo sacado el pueblo mediante un plebiscito en 1988, con el NO
Pinochet.
En estas horas, los grupúsculos y
sus anónimos y cobardes seguidores, que están en contra del Presidente de
México, Andrés Manuel López Obrador,si no quieren ser la basura de la
historia, no deben de emular a Huerta y
a Pinochet.