¿A dónde Vamos?
Periódico 4º. Poder
En las películas, sobre todo las de Hollywood,
Estados Unidos y el mundo sufren mil calamidades y están siempre a punto de
morir por muy diferentes causas.
Los ataques son por los monstruos; el Alado, el de
la Laguna Negra, Godzilla y desde luego las invasiones de alienígenas que a
pesar de sus casi ilimitados poderes, terminan siendo derrotados por valerosos
terrícolas.
En los filmes Washington ha sido destruída unas
trescientas veces -sin exagerar- y siempre detrás de cada nefasto panorama,
nace un nuevo día y con él la esperanza de, aunque se oiga cursi, un mejor
mañana.
Ahora en la vida real, se acumulan muchas
calamidades que nos tienen en riesgo; no sólo por la pandemia que lleva ya
miles de muertos y millones de infectados, sino por otras circunstancias que
comenzaron meses o años antes.
El cambio climático fue un factor, la polución que
ensucia al mundo, la invasión del hombre a tierras remotas de donde salieron el
Évola, los virus en sus muy diferentes presentaciones, los minúsculos bichos
que provocan tantas enfermedades y, los vicios del espíritu.
Si la gente fuera sana deveras, si como dice López
Obrador y recomiendan las religiones todos nos portáramos bien, no habría
egoísmo, racismo, odios y rencores.
Ahora, el Covid-19, los pecados del alma y la
carne, el supremacismo y la violencia, nos llevan a un lugar que no conocemos.
Lo que pasa en Estados Unidos ahora, cuando hay
multitud de ciudades trastocadas por la violencia y el caos; donde el
presidente Trump amenaza con cárcel y balazos a los manifestantes violentos,
nos acercan a un final no deseado.
Ese país con su fuerza militar, su poderío
económico, con su adelanto tecnológico, va perdiendo liderazgo mundial por los
yerros del gobierno actual.
Insulta a México; se retira de los tratados con
organismos internacionales, pelea con China haciendo una peligrosa guerra
comercial y con sus propios ciudadanos.
Y para colmo, llama imbéciles a los gobernadores que
no usan mayor fuerza contra los saqueadores y ofrece meter al ejército para
“controlar” a la gente.
Con estas cosas ¿a dónde vamos?