Caravanear con sombrero ajeno
Periódico 4º. Poder
Qué bien se ve que haya solidaridad en estos
tiempos de pandemia.
Si uno puede hacer algo por los demás, hay que
hacerlo.
Nadie, por ningún motivo, puede agredir física o
verbalmente a quienes pertenecen al Sector Salud; atentar o discriminar a
médicos es un acto criminal que debe castigarse con todo el rigor de la ley.
Igualmente a los enfermeros, hombres y mujeres, al
personal de intendencia y administrativo, sin ellos no habría orden ni
limpieza.
Qué bueno que las autoridades estatales y
municipales respalden y participen donando cubre-bocas, antibacteriales,
incluso vehículos y túneles sanitizantes.
En esta crisis, en esta contingencia se requiere de
unidad, de generosidad y desprendimiento.
Y eso hay que reconocer, incluso los gastos
extraordinarios de dinero para adecuar y suministrar a hospitales lo que
demuestra que... cuando se quiere se puede.
¿Entonces por qué en las calles hay tantos baches?
¿Por qué tanta banqueta en cualquiera de nuestras ciudades tan chuecas,
boludas, con desniveles criminales, sin orden ni reglamentación?
Si así como actúan para el IMSS, ISSSTE, y demás
clínicas y hospitales federales trabajarán en tiempos normales, otras
poblaciones tendríamos.
Y más si hubiera un poco de previsión para no andar
ahora haciendo compras de pánico a China, contratando a médicos y enfermeros ya
jubilados o apenas pasantes.
En este caso el gobierno en el pecado lleva la
penitencia... y se ve.
En el caso de los Estados y los municipios tienen
que actuar con responsabilidad y honradez porque de lo contrario, más pronto
que tarde serán descubiertos y denunciados.
Funcionarios que no daban ni los 5 pesos a la Cruz
Roja cuando la colecta, ahora son desprendidos, generosos, magnánimos,
espléndidos, sueltos... con el dinero del pueblo.