La verdadera cara de
Gómez Palacio;
ciudad adornada con el abandono
*Muy bien el bulevar
Miguel Alemán; en las colonias basura y escombros
Gómez
Palacio, Durango.-
Hace aproximadamente dos años publicamos en este medio digital la basura que se
acumula en el Canal que colinda con la colonia Santa Rosa, entre otras, que
representa un peligroso riesgo para la salud de cientos o miles de vecinos del
lugar.
A esto hay que agregarle el acumulamiento de
agua que dura hasta varios meses que son generadores del dengue
Esta denuncia la
hicimos en la administración municipal encabezada por Leticia Herrera, que
ahora como la actual alcaldesa Marina Vitela, no se ha resuelto el problema aun
cuando está comprobado que este lugar está convertido en un verdadero foco de infección.
Los pobladores de esa
zona tendrán que seguir soportando los olores nauseabundos y los peligros de
contraer el dengue por la incapacidad para resolver el problema, en este caso,
de la “flamante” alcaldesa Marina Vitela que está comprobado que no atiende el clamor
de los gomezpalatinos para rescatar a la ciudad del deterioro en que se
encuentra.
Por otro lado, aunque se
presuma que a la ciudad de Gómez Palacio la privilegia el progreso y
desarrollo, lo cierto es que sus habitantes, principalmente de las colonias de
la periferia viven en la inmundicia y abandono.
Para comprobarlo, solo
basta con recorrer las zonas apartadas del
área urbana para darse cuenta que abunda la basura, escombros, tiraderos
de desperdicio, calles con pavimento inservible, falta de suficiente agua
potable y alumbrado público, entre otras cosas.
Esta es la verdadera
cara de Gómez Palacio.
Al bulevar Miguel
Alemán se le brinda la mejor atención, y luce muy bien, lo preconocemos, pero
la otra cara de la moneda está en la periferia de la ciudad.
No se ha podido frenar
la ola de robos y asaltos que cotidianamente se cometen.
Esto no nada más lo
decimos nosotros, sino que las páginas de los periódicos de la localidad dan
cuenta de ello.
En tiempo de lluvias
diversos sectores, en especial los de las colonias, se convierten en verdaderos
lodazales por los inmensos ríos urbanos que se forman.