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Concesiones
Periódico 4º. Poder
Concesionar un servicio público debe o debería ser algo extraordinario, para el mejoramiento de las funciones en donde de una u otra forma los que concesionan no puedan realizarlas con eficiencia.
Quizás pueda justificarse la construcción de tramos carreteros porque hacer una nueva autopista es demasiado caro y el gobierno federal no puede aplicar todos los recursos necesarios cuando hay tantas carencias en este país plagado de pobres.
Concesionar los servicios de limpieza como sucede en las principales ciudades de La Laguna, nunca fue una necesidad, sí un negocio que se armó para provecho de pocos y en demerito de la mayoría.
En Torreón, antes de que la recolección domiciliaria se entregara a Simas, las autoridades municipales descuidaron el servicio; éste comenzó a ser irregular; los choferes quizás por conveniencia propia y quizás inducidos por sus jefes, comenzaron a robar primero la gasolina; luego las baterías de los camiones, las llantas y todo lo que podían a sabiendas que había permisividad porque, el motivo era deshacerse de la responsabilidad oficial y dejarla en manos que ahora cobran millones y millones por un servicio muchas veces interrumpido, irregular y deficiente.
Igual sucede en Gómez Palacio y así ocurrirá en Lerdo donde lo último que se busca es la eficiencia y sí una jugosa ganancia para los que “ganan” las concesiones y una “retribución” mayor para quienes las otorgan.
Originalmente las autoridades locales que al mismo tiempo que brindaban seguridad a todos, hacían la recolección de basura todos los días, ahora, dicen, tres veces por semana pero fallan tanto que las ciudades están sucias, descuidadas y son un foco insalubre, sobre todo por tantos perros y gatos que se multiplican sin control y por los roedores que aunque no veamos, están lo mismo en domicilios particulares que en oficinas públicas.., (sin afán de ofender).
Concesionar los parquímetros es el colmo.
Los aparatos ni se mueven ni requieren gran mantenimiento si hay vigilancia; el poco personal es el que impone “ la boleta” o quita la placa y ni modo que no sobren burócratas que puedan hacer esa sencilla razón, más cuando tienen un montón de supervisores y el apoyo de la policía.
Concesionar bienes y servicios no es sólo una renuncia a la obligación de las autoridades; la mayoría de las veces, como decía Clavillazo “es una movida chueca”.

Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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