Periódico 4º. Poder (Facebook)
Hoy como nunca las autoridades están
recomendando a todo mundo que este 31 de diciembre se abstenga de hacer
disparos de armas de fuego.
Como se sabe, disparar al aire ha
sido una tradición que perdura por años; el último día del año quien más
dispare y haga más ruido se siente el ganador
Si el vecino hace fuego con un
revolver calibre .22, hay que tirar con la 38 y si otro lo hace con una
escuadra igual... pues de una vez la 45 y hay desalmados que desempolvan el
fusil para ponerse en la punta de los tiradores.
Las autoridades advierten que cada
bala lanzada al aire sube y así como va para arriba, también baja y como lo
hace con velocidad descomunal, puede herir o matar al que le caiga encima.
Ese es el argumento de quienes
gobiernan pero los amantes de perros, gatos y otras mascotas dicen que también
debe eliminarse el ruido excesivo y estridente de tiros y cuetes porque afecta
mucho a los animalillos caseros.
Por ello la pregunta ¿y por qué se
truenan cuetes en muchas inauguraciones oficiales, en las peregrinaciones,
cuando se festeja a los santos mejor conocidos, las ferias, etcétera y
etcétera?
¿Por qué son tan socorridos los
juegos pirotécnicos?
Si hubiera congruencia la gente, los
hombres principalmente, dejarían de echar bala para desfogar complejos,
traumas, insatisfacciones y vanidades y habría menos ruido, mucho menos.