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Así, es muy difícil que las Pymes florezcan
Marcelo Torres Cofiño

L
a seguridad que requieren las micro, pequeñas y medianas empresas para crecer y consolidarse no solo se refiere a aquella que brindan las corporaciones policiales y las Fuerzas Armadas. Es cierto que en donde florece la delincuencia difícilmente los negocios pueden funcionar. ¿Cómo garantizar la solidez financiera de una empresa si tienen, por ejemplo, que pagar derecho de piso a los grupos delincuenciales para poder operar con relativa calma?.
Cuántos negocios no tuvieron que cerrar en los años más violentos en nuestra entidad porque los dueños vivían amenazados y cuántos casos no supimos de empresarios que, en su intento por evitar ser extorsionados, terminaron secuestrados, lastimados o muertos, porque las fuerzas de seguridad fueron incapaces de brindarles la debida protección.
Cuántas veces los trabajadores mismos que se dirigían a sus lugares laborales o que iban de regreso a sus casas ya no llegaron porque fueron víctimas de la delincuencia, incluso por balas perdidas porque se encontraron en medio de esa tragedia que trae consigo el estar en el momento y el lugar equivocado.
Pero insisto, no solo ese tipo de seguridad es la que debe garantizar un gobierno para permitir que las Pymes pueden escalar, llegar a nuevos mercados y convertirse en empresas prósperas. También se requiere seguridad jurídica. Pero, de manera paradójica, el Gobierno federal parece afanado en enviar señales que lo único que hacen es incrementar el nerviosismo entre quienes buscan invertir y generar nuevas fuentes de empleo.
No voy a negar que es necesario combatir las malas prácticas y que de ninguna manera se debe tolerar el uso de facturas falsas con el propósito de evadir impuestos. Sin embargo, ese propósito no debería de estar peleado con fomentar la inversión y procurar que las pequeñas y medianas empresas se desarrollen, porque como lo he dicho en muchas ocasiones, son ellas la base y el auténtico motor de la economía mexicana.
Para ponerlo en pocas palabras: el problema actual es que en los hechos el Gobierno luce más severo con los empresarios que con los delincuentes. A unos se les amenaza de manera constante, mientras a otros se les deja en libertad, argumentando falsos beneficios para el pueblo de México. Tendría que ocurrir exactamente lo contrario, la gente que delinque debería pensárselo dos veces antes de cometer sus fechorías, pero los empresarios deberían de sentir la suficiente seguridad como para sostener sus empresas y crear más fuentes de empleo y mayor prosperidad.
No estoy pidiendo, me parece, nada fuera del sentido común. Pero la gente de la 4T y sus seguidores tienden a exagerar lo que se dice y a esquivar las razones que no les convienen. Por eso el país cada vez está peor, con una economía estancada y una delincuencia organizada que es capaz de confrontar de manera abierta las fuerzas de seguridad. Todo ello, bajo la responsabilidad de un Presidente que abiertamente viola la Constitución sobre la que juramentó su cargo.
Así es muy difícil que las Pymes florezcan.

Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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