Traen dinero, traen turismo local y promueven el
empleo.
Las autoridades dan con facilidad las licencias
necesarias para abrir este tipo de negocios que sirven a jóvenes para
conocerse, para pasar un buen rato, incluso para iniciar una relación de
noviazgo.
Por ello, en Gómez Palacio y Torreón han surgido
infinidad de bares, centros nocturnos, cervecerías y cantinas en el bulevar
Miguel Alemán y en el llamado “Paseo Morelos”.
En la madrugada de ayer en uno de esos negocios un
joven fue muerto al parecer asfixiado por los guardias de seguridad quienes, se
supone, no recibieron adiestramiento ninguno para contener a los parroquianos,
para expulsarlos del lugar y no para agredirlos de extrema manera que pueda,
como en este caso, provocar la muerte
Esos lamentables sucesos ocurren por muchos
factores, desde el desmedido consumo de bebidas embriagantes hasta porque
algunos de los consumidores van a esos antros a volcar sus frustraciones,
buscar pleitos y fanfarronear ante quienes quieran oírlos.
Los hechos sangrientos, repito, suceden por muchas
razones: por esos permisos fáciles de adquirir; porque los que tienen la alta
responsabilidad de la seguridad en esos lugares no tienen preparación y algunas
veces ni criterio para evitar conflictos; los propietarios de los negocios
porque la única y primordial finalidad que persiguen es hacer dinero, entre más
rápido y en mayor cantidad, mejor.
También, en la actualidad, hay carencias en la
educación familiar por padres separados o muy ocupados en todo menos en la
educación de los hijos.
Las riñas, las tragedias pasan por cualquier cosa
cuando los cerebros están obnubilados por el alcohol.
El antro sin duda será multado... y las cosas
seguirán como hasta ahora sin que haya ningún cambio que evite otra tragedia
igual.
Así, insensible es la vida.