Sin título


El “Jefe” Diego
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder (Facebook)

Contundente como él solo, hilador de adjetivos calificativos -y sobre todo descalificativos- tratándose del presidente de la república, el régimen actual y la Cuarta Transformación, Diego Fernández de Cevallos está enojado, molesto, iracundo, encanijado, irritable, furibundo, irascible, colérico y bilioso y cada vez que puede, como jilguero del neoliberalismo, despotrica en los medios de comunicación.
Nada le parece bien, todo lo que sucede “es gravísimo” y achacable al gobierno que, por primera vez en la historia de México de veras combate la corrupción y mete a la cárcel a los antes intocables e influyentes ladrones.
Muchos lo escuchan, algunos lo secundan y alaban su gran inteligencia, su manera clara y precisa de hablar, pero hay que decir que no lo hace por amor a la patria, lo hace por interés y conveniencia.
Como uno más de los “de antes”, de los que fueron dueños de México; los que vieron crecer desmesuradamente sus cuantiosas fortunas, está encabritado porque algunos de sus amigos están presos, otros corren el riesgo y ninguno puede ahora decirse influyente y amigo del presidente.
Aquello de “fíjate que me hablaron de Los Pinos” pasó al olvido; “acordé con el señor presidente y todo va bien” es un sueño.
El presidente ya no es de ellos, el presidente no es ya un títere de los avorazados e inescrupulosos políticos y empresarios. El presidente manda y se los dejó bien claro en los primeros meses de gobierno.
Fernández de Cevallos es “invitado” en todos los canales televisivos y en todos dicta conferencia; en todos abre su pecho para lanzar las más duras y ácidas críticas, en todas partes denuesta al régimen.
Los que tenemos cierta edad (y buena memoria) sabemos que cuando el propio Fernández de Cevallos fue candidato a la presidencia y ganó el debate televisado a Ernesto Cedillo y al parco Cuauhtémoc Cárdenas en 1994, tenía todas las posibilidades de ser el sucesor de Salinas de Gortari pero, misteriosamente para muchos, inmediatamente después del encuentro entre los tres participantes, desapareció de la escena pública, lográndose así otro fraude electoral en contra de Cárdenas y en favor de Cedillo pues en aquellos años era impensable que el presidente no fuera del PRI.
¿Lo amenazaron o lo compraron?
Quien sabe pero mucho se dice que “el jefe” panista recibió una “punta de diamante”, concretamente en Acapulco y prebendas de las que disfruta hasta estos días.
Así pues su brillantez oratoria, su contundencia verbal ha estado y sigue estando a las órdenes del poder hoy en entredicho.
Ojalá y sus cualidades las hubiera usado en favor del PAN y de la nación... así nos hubiéramos evitado al imbécil de Fox y al irreflexivo sucesor, decisión que nos ha llevado a lo que ahora sufrimos.
No es lo mismo gobernar que gritar a los que gobiernan... y él lo sabe muy bien.

Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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