El PAN un partido...partido
Periódico 4º. Poder (Facebook)
Nunca las ambiciones han sido buenas
Se ambiciona un amor prohibido, dinero en
exageración, ser el más guapo -o bonita en el caso de las mujeres- tener poder.
Y, en nuestro país, el poder se consigue o teniendo
mucho dinero, cosa que pocos logran, o meterse a la política para hacerlo y,
por añadidura, mandar a los de abajo, a los subalternos.
Ahora en esta época de elecciones en el Estado de
Durango hemos visto con tristeza y desagrado hasta dónde son capaces quienes
pretenden gobernarnos para hacerse de los cargos de gobierno.
Chapulineo al por mayor, guerra de lodo, páginas
apócrifas que se usan para denigrar e insultar al oponente y pleitos y pugnas
internas.
El PAN, desafortunadamente porque sus militantes se
consideraban gente decente, comprometida con las necesidades de la clase media
y que trataban de diferenciarse “de los otros” sumisos y sinvergüenzas, está,
hoy por hoy, peor que los que criticaban con tanto enojo.
El PAN, cuando menos en Gómez Palacio es manejado
por dos grupos al parecer irreconciliables, uno pone candidata y otro lo quita
y sustituye a la primera abanderada que se ofende y abandona al partido.
Las luchas intestinas son un símil de las que
alguna vez a nivel nacional sostuvo entre sus tribus el PRD y ahora los
blanquiazules se comportan peor que cualquier apache de cualquier lugar, sin
mando, sin líder, con una candidata prácticamente escondida que hace campaña
quien sabe dónde y que no enseña proyecto ninguno.
Dimes y diretes y hasta huidas (como la del
presidente del Comité Municipal Carlos Córdova, de un conocido restaurante)
cuando accidentalmente se dio cuenta cuando estaba por entrar que allí mismo
había convocado la “depuesta” candidata Liliana Estrella para anunciar su
incorporación a otro proyecto político.
El PAN es en estos días un partido partido, con
escasas posibilidades de ser una opción de gobierno pues la actuación de sus
militantes dista mucho de ser ejemplo a seguir.
La política fue inventada para evitar las
guerras... nuestros políticos no lo saben.